9 mar 2017

Lágrimas de tinta.

Y palabras caían de sus ojos,
y palabras corrían por su cara
y acababan en la mesa, en el suelo.
Servilleta negra, mente blanca,
todas las letras habían escapado,
incluso hasta los puntos y comas,
tildes, diéresis y números.
Ni siquiera quedó sin querer el punto
de las gritonas exclamaciones.
Un amasijo de pensamientos desordenados
de fecha y lugar. Sin clasificar
también estaban las emociones,
la furia mezclada con la tranquilidad,
la pena con la decepción, la mentira
con la verdad. Lo real no lo parecía,
real. Lo irreal aparecía y desaparecía.
Y como todo salió de su cabeza, tal cual
volvió a entrar, una tras otra, en fila,
frases con pleno sentido, que se fueron
ordenando por secciones, formas y colores.
Una vez que estuvo todo colocado,
miró al papel, ahora blanco puro.

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