Hermoso
el tiempo que contigo estuve,
cuánto
entre mis sábanas te tuve.
Te
disipaste como si fueses nube
y
mis sábanas conmigo durmieron,
yo
sin tu abrazo no pude.
En
mi pecho hay un hueco.
Mi
cuerpo es fría y dura roca
que
a lava cambia cuando me tocas,
el
húmedo otoño huele seco
y
la mucha lluvia parece poca.
Volverás
sin palabras en la boca,
sin
mantas para ocultar tu ego.
A
entender tu jugada no llego
y
volveré a ser una pieza de tu Lego.