3 ene 2015

El propósito de William

Si muriese el sol se iría el día
y la noche su sábana fría impondría,
nos doblegaríamos ante su tiranía
preguntándonos cuánto la oscuridad duraría.

Culpables con las galletas y el café,
inocentes entre el colchón y las sábanas,
buscando sin éxito de las lágrimas el porqué
y con el ceño fruncido todas las mañanas.

Leerémos a Shakespeare a la luz de las velas
con la salada ambición del posestructuralismo,
entenderemos de sus versos sabor a canela
lo que no supimos entender de nosotros mismos.

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